Deseo decirte las palabras más profundas, pero no me atrevo, pues temo tu burla.
Por ello me río de mí mismo y transformo en bromas mi secreto.
Me burlo de mi dolor, para que no te burles tú.
Deseo decirte las palabras más sinceras, pero no me atrevo, pues temo que no me creas.
Por ello las disfrazo de mentiras y digo lo contrario de lo que pienso.
Me esfuerzo en que mi dolor parezca absurdo, para que no te lo parezca a ti.
Deseo decirte las palabras más valiosas, pero no me atrevo, pues temo no ser correspondido.
Por ello te nombro duramente y me enorgullezco de mi insensibilidad.
Te aflijo, para que no ignores qué es la aflicción.
Deseo sentarme silenciosamente a tu lado, pero no me atrevo, pues temo que mis labios traicionen mi corazón.
Por ello parloteo disparatadamente, escondiendo mi corazón tras mis palabras
Trato a mi pena con dureza, para que no lo hagas tú.
Deseo alejarme de ti, pero no me atrevo, pues temo que descubras mi cobardía.
Por ello levanto la cabeza y me acerco a ti con aire indiferente.
La constante provocación de tus miradas renueva mi dolor sin cesar
Puse mi esperanza en que mi amor no sufriera la estremecedora vergüenza del abandono.
Pero tú has apartado tu mirada de mí.
Sí, tu camino está abierto ante tus pasos; pero has cortado mi retirada y me has dejado desnuda ante el mundo, cuyos ojos sin párpados me miran día y noche
Mi corazón se estremeció de nuevo. No podía decir si la emoción era miedo, delicia o curiosidad.
Por dónde andas? Estoy segura de que si tuviera la paciencia de buscarte con un telescopio de largo alcance, sólo vería de ti una manchita. ¡Te has alejado tanto! ¡Ay, acércate más a mí, vida mía! ¡Mira que hermosa está la noche!
Por ello me río de mí mismo y transformo en bromas mi secreto.
Me burlo de mi dolor, para que no te burles tú.
Deseo decirte las palabras más sinceras, pero no me atrevo, pues temo que no me creas.
Por ello las disfrazo de mentiras y digo lo contrario de lo que pienso.
Me esfuerzo en que mi dolor parezca absurdo, para que no te lo parezca a ti.
Deseo decirte las palabras más valiosas, pero no me atrevo, pues temo no ser correspondido.
Por ello te nombro duramente y me enorgullezco de mi insensibilidad.
Te aflijo, para que no ignores qué es la aflicción.
Deseo sentarme silenciosamente a tu lado, pero no me atrevo, pues temo que mis labios traicionen mi corazón.
Por ello parloteo disparatadamente, escondiendo mi corazón tras mis palabras
Trato a mi pena con dureza, para que no lo hagas tú.
Deseo alejarme de ti, pero no me atrevo, pues temo que descubras mi cobardía.
Por ello levanto la cabeza y me acerco a ti con aire indiferente.
La constante provocación de tus miradas renueva mi dolor sin cesar
Puse mi esperanza en que mi amor no sufriera la estremecedora vergüenza del abandono.
Pero tú has apartado tu mirada de mí.
Sí, tu camino está abierto ante tus pasos; pero has cortado mi retirada y me has dejado desnuda ante el mundo, cuyos ojos sin párpados me miran día y noche
Mi corazón se estremeció de nuevo. No podía decir si la emoción era miedo, delicia o curiosidad.
Por dónde andas? Estoy segura de que si tuviera la paciencia de buscarte con un telescopio de largo alcance, sólo vería de ti una manchita. ¡Te has alejado tanto! ¡Ay, acércate más a mí, vida mía! ¡Mira que hermosa está la noche!
1 comentario:
Como siempre, Tagore me lleva al mundo de la emoción contenida, leer con hermosa sutileza aquello que identifica, gracias
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