10 marzo 2012

Cuento Nicaragüense (Varios)


Editorial Nueva América, 1985
Tío Tigre, Tío Buey y Tío Conejo (Anónimo)

texto completo

Estera una vez tío Tigre que venía en la ronda de una hacienda buscando qué matar. En eso un viento grande de huracán y bota un palo y le cae encima a tío Tigre. Y queda prensado.
Y tío Tigre empieza a gritar, en lo que pasa tío Buey.
-¡Ay, tío Buey, sáqueme de aquí!
-¡No tío Tigre, usté es malo!
-Por Dios, tío Buey, le prometo ser bueno. No me lo voy a comer nunca.
Entonces tío Buey, que tenía buen corazón, se acercó al palo.
-Yo voy a levantar la rama parriba, y en lo que yo empuje, usté se zafa – le dijo tío Buey.
Y así fue. Pero tío Tigre ya desprensado se olvidó de la promesa. Y ya se quería comer al tío Buey.
-¡Eso no es justo, tío Tigre!
-Es que tengo hambre, tío Buey – decía tío Tigre.
Y en esa alegata estaban cuando pasa tío Conejo.
-¿Qué es la discutidera?
-Sirva de Juez, tío Conejo – le dijo tío Buey.
-¡A ver! ¡Cuénteme el asunto! – les dijo tío Conejo, arriba de una piedra.
Y tío Buey le contó el caso.
-¡No lo entiendo! – dijo tío Conejo.
-¡Jesús, tío Conejo! – le dijo entonces tío Tigre -, si está muy claro – y le contó también el pleito.
-No lo entiendo – dijo otra vez tío Conejo.
-Se lo vamos a explicar – le dijeron tío Tigre y tío Buey -. Vamos a hacerlo, pues, para que lo veya – dijo tío Tigre.
Y el Buey volvió a levantar la rama y tío Tigre se puso debajo. Entonces tío Conejo le dijo a tío Buey:
-¡Suelte la rama tío Buey!
Y tío Tigre quedó otra vez prensado.
-¡Este es mi fallo! – dijo tío Conejo -. Usté tío Buey, váyase libre, y que tío Tigre se quede prensado por desagradecido.
Y ahí se quedó tío Tigre más bravo que una holocica.

El ángel pobre (Joaquín Pasos)

Fragmento

Es lógico que los ángeles denoten su edad por sus alas, como los árboles por sus cortezas. No obstante, nadie podía decir qué edad tenía aquel ángel. Desde que llegó al hogar de don José Ortiz Esmondeo – hace dos años más o menos – tenía la misma cara, el mismo traje, la misma edad inapreciable.

El sueco (Ernesto Cardenal)
Los Monos de San Telmo (Lisandro Chavez Alfaro)
No los pude transcribir y son buenísimos

Cóctel 66 (Mario Cajina Vega)

Fragmento

3 am. Con la velada, las personas dejan de ser especie. La plática ahora no generaliza negocios ni tipifica clases. Trajinados los vestidos, agotadas las caras, desembarrados los cuerpos, son simples seres humanos al uso que hablan palabras tan cansadas como ellos y llenas, como ellos, de verdades a medias.

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