10 noviembre 2009

Angela Carter (Varias percepciones)

Several Perceptions, 1968

Minotauro, 1995


-¿Cómo te sientes ahora?

Era difícil responder esa pregunta mientras iba cayendo después de la explosión, había construido un entramado al azar, una estructura fortuita que no podía descifrar. Sunny Bannister le había contado una vez que había tenido un gato risueño que decía ¡ah!, ¡ah!, ¡ah! Un automóvil lo había atropellado y los sesos le habían quedado desparramados pero, con la rapidez de un relámpago, Sunny los había recogido en el sombrero y los había metido de nuevo dentro del cráneo y el gato había quedado como nuevo en seguida; pero, en lugar de reír, se había puesto a ladrar. ¡Bou!, ¡uau!, ¡uau! Joseph comprendía la dolorosa desorientación del pobre gato como jamás había comprendido nada antes.

-Como fragmentos en un caleidoscopio o como los colores de un prisma, tal vez.

Pero había una diferencia: la catástrofe lo había reducido a una sumisión absoluta que lo llevaba a burlarse de sí mismo. Ahora había abandonado incluso la noción de sentido; nada era sagrado y, como su arbitraria resurrección no tenía causa alguna, nada que pudiese hacer tenía sentido, todos sus gestos eran tan falsos como los de un mal actor. Pero había cierta serenidad en ese vacío, una especie de insípido alimento en los espacios vacuos y en el aire seco de ese desierto arábigo del corazón en el que todos los relojes se habían detenido.

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